En octubre de ese año se da la alarma en Santoña. Dos barcos procedentes de Londres han llegado al fondeadero de la Salvé. Inmediatamente el corregidor traslada la orden del Consejo de Castilla en que “se manda no los consienta ni admita antes los obligue a salir de la dicha canal y puerto, respecto del riesgo de aver podido estar en algunos sospechosos del reyno de ynglaterra por razón del contaxio de peste que en el se padece” y ordena al alcalde de Santoña que dé a los tres barcos lo que necesiten para que se vuelvan a sus lugares de origen y si no lo hicieren, haga uso de la artillería del castillo."
Fuente: CEM, leg. 8-34


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